Puede que en tu presentación hayas pensado tener una actividad en la que requieras obtener información del público. Algunos ejemplos que se me ocurren es pedir que levanten la mano a aquellas personas que han tenido determinada experiencia, o que alguien te conteste alguna pregunta. Puede que incluso pretendas que se levanten y se pongan a hacer estiramientos como algún ejemplo de vida sana, o cosas más bizarras (en el sentido español e inglés de la palabra)
Pues bien… si pretendes hacer eso en tu presentación, tienes que advertir al público con antelación de que vas a necesitar de su participación activa. No puedes pretender que tu público, que está cómodamente sentado, escuchando de manera pasiva, se vuelva activo cuando a ti te de la gana y te convenga. Las cosas no funcionan así.
Cuando empezamos una presentación estamos definiendo con la audiencia unas reglas de juego, tanto si lo haces de manera formal como informal. Si no introduces en esas reglas de juego esa actividad posterior, tu audiencia no se sentirá cómoda cuando lo incluyas sin previo aviso.
Mi receta es que si quiero tener una reunión participativa, la hago participativa desde el primer momento: haciendo preguntas a la audiencia, pidiendo su participación, avisando que luego haremos algún ejercicio, etc.
Basado en experiencias reales 😉