No os podéis ni imaginar la de veces que he usado esta sencilla receta de asertividad para plantear una situación que sabía no iba a gustar a mi interlocutor. Son tres sencillos pasos que nos ayudan a mandar un mensaje incómodo de la manera más sencilla posible. Probad a seguir estos pasos:
Paso 1: Mensaje
Escribe claramente tu mensaje: sin titubeos, ni rodeos ni indirectas. Una frase es suficiente. Debemos evitar cualquier posible confusión o malinterpretación.
Paso 2: Motivos
Explica en primera persona el por qué de tu mensaje, dejando claro siempre que es tu opinión, tus situación personal o bien tu punto de vista. Nadie podrá negarte cómo te sientes, y contra eso no hay mucho que hacer.
Paso 3: Alternativas
Propón soluciones a la situación. Tienes que demostrar que tú no quieres generar el problema, si no que lo has detectado y quieres solucionarlo de alguna manera.
Ejemplos
Aquí os escribo unos ejemplos. Como veis son mensajes escuetos, sin rodeos, claros en los motivos y con varias alternativas que demuestran que eres una persona implicada.
«No puedo participar en la instalación del servidor el viernes por la noche.
Es el cumpleaños de mi abuela que cumple 99 años y es muy importante para mi.
Lo que puedo hacer es trabajar la semana antes y documentar claramente las pruebas a realizar.
O me podéis localizar en el móvil si hace falta.»
«Creo que no deberíamos incluir el servidor en la oferta.
En mi opinión, lo que el cliente nos pedía era que nos centráramos en el software.
Podríamos hacer una oferta con ello y otra sin.»
Todo esto lo podemos combinar con otros métodos para suavizar mensajes desagradables, que veremos en futuras entradas.
Espero que esta receta os sea util en el futuro. Y en el pasado ¿Os habéis visto en situaciones en las que tuvisteis que expresar vuestra opinión aunque fuera contraria a lo que se esperaba?